martes, 28 de enero de 2014

Al rededor del Cine

Como todos los años me encargan de la visión filosófica del tema del Ciclo de Conferencias que organiza todos los años el IES. En este caso dieron con mi debilidad. El cine es una de las herramientas básicas en mi actividad docente hace muchos años. Así con la excusa de la preparación de mi charla intentaré ir explicando como trabajo en el aula con esta herramienta, de forma que estas entradas puedan ser un anteproyecto de esa charla que vendrá.


Filosofía y ciencia-ficción

Básicamente, la filosofía, es el intento de dar respuesta a las preguntas que se formula el ser humano, tales como "que es el universo", "cuál es la naturaleza de la realidad", "la posibilidad de acceso al conocimiento", "el sentido de la vida". Todas estas preguntas y muchas otras tienen cabida en la especulación filosófica, con el único límite de la racionalidad y la exclusión de justificaciones dogmáticas.

Los mundos narrativos tienen como fondo el mundo que asumimos como real y sus leyes se diseñan a partir de la comprensión que tenemos del mundo. Así, la narración de ficción construye mundos análogos al universo real que permiten comprender mejor la estructura de la realidad e incluso muestran aspectos de esta que de otra forma permanecerían en penumbra. La ciencia-ficción se ha ocupado de los interrogantes metafísicos tratándolos con una amplitud, libertad e imaginación que no puede permitirse la racionalidad filosófica.

En la ficción, la verdad asoma a través de la fábula, como una metáfora de la realidad, de forma que podemos proponer cuestiones que trascienden a propia realidad. Todo trabajo de ficción instala al espectador dentro de un nuevo sistema de realidad, con nuevas posibilidades, como se fuera un viajero a un nuevo mundo. El mundo de ficción tiene su propio sistema de conocimientos, creencias, sueños y alucinaciones que actúa como un mundo de segundo orden para el espectador al que le permite crear nuevas forma de enfrentar el mundo real.


Escritores como P. K. Dick o Asimov dieron lugar a obras (literarias y cinematográficas) en las que temas como "el sentido de la vida humana" o "la posibilidad de vivir en un mundo irreal" son el tema principal. Entre otros sirvan como ejemplo: Dark City (1998) dirigida por Alex Proyas y Desafío Total. (1990) dirigida por Paul Verhoeven. Solaris (1972) dirigida por Andrei Tarkovsky, giran fundamentalmente alrededor de cómo se puede establecer un criterio de certeza para nuestros contenidos mentales y sobre el criterio de realidad. Blade Runner (1982) dirigida por Ridley Scott, I.A 2001 dirigida por Steven Spielberg. o El Hombre Bicentenario (1999) dirigida por Chris Columbus tratan, fundamentalmente, sobre la definición del ser humano y el sentido de su vida.

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