Mañana miércoles 26 de Marzo es el día elegido para ver Ida, el largometraje de Pawlikowski que ha obtenido el Premio Principado de Asturias en el Festival Internacional de Cine de Gijón, al Mejor Largometraje, el Premio al Mejor Guión, el Premio 'Gil Parrondo' a la Mejor Dirección Artística y el Premio a la Mejor Actriz para su protagonista, Agata Kulesza. (fuente europapress)
Podeis leer críticas de la película en:
Nosotros nos quedaremos a comer en el centro para poder tener una sesión de cine a la hora del mediodía. Por cortesía de Caramel Films podremos tener un preestreno de la película que a finales de semana llegará a los cines. Como buenos cinéfílos no nos importa alguna que otra comodidad con tal de ver una buena película, y no vamos a perdernos esta oportunidad. El alumnado de Historia y Cultura de las religiones y los miembros del Club de Lectura cinematográfica os iremos contando nuestras impresiones, pero todos los que esta semana que viene acudáis a ver Ida al cine podéis dejar vuestros comentarios a pie de entrada.
Ida se presenta en Blanco y negro. Estamos tan acostumbrados al color en el cine que una película en blanco y negro nos deja, hoy por hoy, fascinados, nos sorprende y nos hace prestar una atención que el color ya no consigue.
El cine comenzó trabajando en blanco y negro, no por elección, sino por necesidad. No existía por aquellos años tecnología desarrollada para el color. Hoy si. Las nuevas técnicas digitales consiguen hoy usos del color y de la luz inimaginables. ¿Por que entonces una película en blanco y negro?
No es, desde luego, la primera y el cartel de la película con las letras en rojo nos recuerda la mágica escena de la La lista de Schindler (Spielberg 1993) en la que se mezcla el blanco y negro con algunos toques de color como el vestido rojo de una niña o la llama de una vela, que nos hacen pensar en el peligro que corren los inocentes, inconscientes de su suerte y convierten al espectador en omnisciente.
El blanco y negro permite, mucho más que el color, enfatizar el papel de las sombras y la iluminación. Sin luz no hay cine. La iluminación crea la atmósfera de una película, nos aporta datos sobre la psicología del personaje, envejece o rejuvenece. Por eso un filme en blanco y negro nos anima a reflexionar más sobre todos estos aspectos. Nos pide que nos olvidemos de lo accesorio, del contexto, de lo trivial y nos concentremos en lo fundamental, en la esencia, en los personajes y usemos nuestra imaginación para recrear el escenario y traerlo a la vida.
¿Qué opinas del uso del blanco y negro en la película? ¿Que efecto consigue causar en el espectador? ¿Quizás hubieras preferido el color?
Valora el uso de la luz en las siguientes escenas, fijándote fundamentalmente en el punto de luz de mayor intensidad y el juego de claridad y oscuridad entre los personajes:
- Escena del suicidio
- Conversación de Ida y el chico fuera del bar del hotel
- El viaje en coche por el camino del bosque
Para seguir profundizando en estos temas y repasar algunas de la películas en blanco y negro más famosas de todos los tiempos dejamos algunos enlaces:
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