viernes, 19 de septiembre de 2014

Filosofía en la secundaria


La enseñanza de la filosofía en la Universidad se alejó de la enseñanza secundaria conscientemente, en un intento de definirse a  misma como un saber inalcanzable para la mayoría y reservado a las élites. La escasa consideración que desde la Universidad se ha otorgado a la enseñanza secundaria en Filosofía contrasta con lo que han hecho las Ciencias, que estrecharon vínculos ligando a los centros de enseñanza con la Universidad mediante proyectos didácticos y de investigación. Eso lo sabemos muy bien los profesores de secundaria. También es cierto que la Filosofía ha renegado de la didáctica hace mucho tiempo, tanto en la Universidad como en la enseñanza secundaria, y las reflexiones sobre didáctica de la Filosofía se consideraron conocimiento poco riguroso y hasta prescindible. De esta forma se ha "regalado" la formación del profesorado de Filosofía a las facultades de pedagogía, teniendo con ellas una mera relación circunstancial, poco trabajada e irresponsable (sobre todo porque la impartió quien sabía poco o nada de didáctica).


Sin embargo no pienso que esta sea a causa del declive de la Filosofía en la secundaria. Hace aproximadamente un año, en un artículo del País, se advertía de los avisos que la CONPACA hacía al gobierno sobre el verdadero peligro que suponía la Filosofía, mucho mayor que el de la enseñanza de la "educación para la ciudadanía", fundamentalmente por  los argumentos filosóficos basados en la bioética que usaban los filósofos para argumentar sobre la realidad social en las aulas.

No sé si realmente  somos "para tenernos miedo", pero desde luego, alguien le tiene miedo a la filosofía, por eso cuanto mas lejos del currículo escolar y más fragmentada mejor. Una filosofía en sólo en 1º de Bachillerato (con 2 horas semanales) es una materia condenada a la desaparición por inanición. Si no la han eliminado es porque  no tendrían que hacer con el profesorado actual (de humanidades sobramos). El gobierno tuvo que "pagar" sus servicios a la Iglesia y la CONPACA y así estamos.

La cuestión mas importante consiste, a mi modo de ver, en buscar los mecanismos para que el saber filosófico sobreviva a esta crisis, porque si no sobrevive en la enseñanza secundaria, le queda poco tiempo en la enseñanza universitaria, como no sea como un posgrado de ornamento. Debemos buscar estrategias efectivas para que la enseñanza de la filosofía sobreviva en estas épocas oscuras. En el Medievo supieron hacerlo. Ahora nos toca a nosotros. ¿Seremos capaces de llevar a cabo esta empresa?

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